En la actualidad, la necesidad de conservación del medio ambiente se ha convertido en una urgencia. El impacto que la actividad humana ha tenido sobre el planeta es cada vez más evidente, y quedan pocas dudas acerca de que es necesario tomar medidas urgentes para reducir los daños causados y preservar los ecosistemas.

En los últimos años, hemos sido testigos de una serie de fenómenos que ponen en evidencia la necesidad de actuar en consecuencia. El cambio climático es uno de los más palpables, con fenómenos climatológicos extremos cada vez más frecuentes que provocan grandes daños.

De no actuar, el calentamiento global continuará avanzando y generando desplazamientos de población, aumentando las enfermedades y pérdidas económicas. Además, el agotamiento de los recursos naturales también es otro problema de gran importancia.

Desde hace décadas, se han ido tomando medidas en diversas áreas para intentar limitar los daños al medio ambiente, pero aún queda mucho por hacer. La agricultura y la ganadería pueden ser más sostenibles, la industria puede ser menos contaminante y podemos reducir nuestro impacto en el transporte. Los objetivos mínimos para es evitar que el calentamiento global superara los 1,5ºC de incremento de la temperatura.

La solución para la preservación del medio ambiente no es fácil, pero puede lograrse con un compromiso por parte de todos los actores. Gobiernos, empresas y ciudadanos deben trabajar juntos y buscar soluciones que equilibren el progreso y el cuidado del planeta.

El desarrollo sostenible y la educación ambiental tienen un papel clave en la consecución de una mayor conciencia ecológica. Está en nuestras manos liderar el camino para alcanzar una vida más sana y equilibrada, sin comprometer el futuro de las próximas generaciones y con del compromiso de cuidar la fauna y flora que nos rodea.

Valeria Catillo